Erasmus Villarrobledo-Lousa

Somos Carlos y Pedro, estudiantes del Instituto IES Virrey Morcillo, y próximamente participaremos en un programa Erasmus en Lousã, Portugal. Nos emociona la oportunidad de aprender un nuevo idioma, sumergirnos en una cultura diferente y adquirir una experiencia internacional enriquecedora. Además, este viaje nos permitirá aplicar nuestros conocimientos en un entorno profesional fuera de nuestro país, lo que sin duda contribuirá a nuestro crecimiento académico y personal.

El día del viaje tuvimos algunos problemas con los autobuses ya que se retrasaron unos cuantos y nos tuvimos que quedar una noche en Valladolid y tuvimos que salir al día siguiente para Portugal, al llegar a Coimbra era un poco difícil comunicarse con la gente ya que nadie hablaba ni español ni ingles.

 Ya llevamos dos semanas en Portugal currando como técnicos informáticos, y la verdad es que se están pasando volando. Al principio costó un poco adaptarse, pero ahora ya controlamos mejor el curro y nos llevamos genial con los compañeros. Hemos hablado mucho con ellos, nos han enseñado un montón de cosas y hasta hemos soltado alguna palabra en portugués (aunque seguimos mezclándolo con español e inglés, claro).


El jueves pasado nuestro jefe nos invitó a comer fuera y probamos la francesinha, un plato típico de aquí. Básicamente es un sándwich gigante con un montón de carne, queso fundido y una salsa brutal, acompañado de patatas y huevo frito. Estaba increíble y nos echamos unas buenas risas con el jefe y los compañeros.


De momento, la experiencia está siendo muy buena, estamos aprendiendo, conociendo gente y descubriendo la cultura portuguesa. Nos quedan semanas por delante y tenemos ganas de seguir disfrutando de esta aventura. ¡Seguiremos contando más cosas!















Después de volver de las vacaciones de Semana Santa en España, retomamos la rutina en Portugal con esa mezcla de nostalgia postviaje y ganas de aprovechar lo que queda. La vuelta fue tranquila… hasta que llegó la semana del puente del 1 de mayo y, con ella, un apagón nacional. Sí, todo el país sin luz. Fue tan surrealista como suena. De repente estábamos todos mirando las paredes sin saber muy bien qué hacer. Sin electricidad, sin internet… pero también sin trabajo, así que tampoco nos quejamos demasiado.





El resto de los días pasaron sin demasiadas novedades, hasta que llegó uno de los momentos más inesperados y divertidos: el Rally Mundial llegaba a Lousã. Nuestro jefe, que es fanático del motor, nos llevó a jugar un partido de fútbol con él y sus amigos (todavía nos duelen las piernas), y después nos invitó a cenar a su casa, donde acabamos pasando la noche. Al día siguiente, vimos el rally todos juntos, como si fuéramos parte de la tradición local. Un planazo que surgió casi de la nada.


Pocos días después repetimos plan, pero esta vez en unos karts, para seguir con la adrenalina del rally. Desde entonces, hemos seguido quedando con él y su equipo para echar partidos de fútbol y pasar buenos ratos. Ha sido genial ver cómo lo que empezó como una relación de trabajo terminó en algo más cercano y divertido.


Y como si todo eso fuera poco, el Sporting de Portugal ganó la liga. Aquí en Lousã se celebró a lo grande: coches con banderas, fuegos artificiales, gente cantando por la calle. No es Lisboa, pero la pasión se vive igual de fuerte.


Ahora que se acerca el final, solo podemos decir que esta estancia en Portugal ha sido una experiencia enriquecedora, con sus momentos buenos y también con sus bajones. Porque, aunque hemos estado muy bien, siempre se hace difícil estar lejos de la familia y los amigos. Aun así, hemos conocido a gente increíble, nuestro jefe nos ha tratado de lujo y con nuestros compañeros de trabajo hemos hecho muy buen equipo.




Nos vamos con la sensación de haber vivido algo especial. Ahora toca decir adiós a esta etapa tan bonita, pero con muchas ganas de volver a casa, a España, sabiendo que este Erasmus nos deja recuerdos que no se olvidan.





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